El Gran Poder de Dios es una bella
talla de gran valor artístico y religioso, perteneciente a la escuela sevillana
y de autor anónimo, de finales del siglo XVII, que llegó al Puerto de la Cruz
por un error del consignatario del barco que lo transportó, pues su destino
originario era el municipio de Breña Alta, en la isla de La Palma.
La tradición cuenta que cada vez que
los pescadores intentaban embarcar al Señor el mar rompía en tempestad, y solo
se calmaba cuando el Gran Poder volvía al embarcadero. Los portuenses
interpretaron este hecho como un milagro, y entendieron que “El Viejito” (como
se le conoce cariñosamente) no quería abandonar nuestra ciudad, queriendo así
extender Su protección a sus habitantes. Desde este momento, surgió en los
portuenses un fiel amor y una gran devoción por el Gran Poder de Dios;
sentimientos que aún hoy, después de tres siglos, nos mueven a acercarnos a la
Iglesia Nuestra Señora de la Peña de Francia para hacerle promesas y agradecer
Su infinita ayuda, y a acompañarle en procesión todos los años por las calles
del Puerto de la Cruz.
El 10 de julio de 2011, Nuestro Padre
Jesús del Gran Poder de Dios recibió el bastón de mando que acredita Su
nombramiento como Alcalde Honorario y Perpetuo de Puerto de la Cruz, título
otorgado por la citada ciudad con un gran respaldo popular.
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