domingo, 2 de octubre de 2011

Escrito de D. Antonio Ruiz. Julio de 1951.









        Año 1708. El Alcalde don Fancisco de Mesa y Lugo, Alguacil Mayor del Santo Oficio, en compañía del Capitán don Juan Cabrera Bethencourt, y del Gobernador Militar de las Armas del Puerto don Marcos de Castro Bethencourt reciben, en la Plaza de la Iglesia donde se hallaba congregado numeroso público, al Licenciado don Martín de Bucaille y Manrique de Lara, quien venía a visitar nuestra parroquia.

        En el libro 1ª de Fábrica, al fº. 96, se hace mención, por primera vez, de la existencia del Altar e Imagen del Gran Poder; pues en el primer inventario, hecho al fundarse la iglesia, no aparece nada relacionado con esto, lo que demuestra que la imagen debió llegar a este Puerto a finales del siglo XVII o principios del XVIII. La talla, indudablemente de imaginería sevillana y del siglo XVII no fue nunca patrimonio exclusivo de tal o cual familia, sino del pueblo; pues en el libro municipal nº 20 y al fº. 134 se hacía constar: “Haberese congregado junta de pueblo para nombrar mayordomo de la devota imagen del Gran Poder”, (añadiendo Álvarez Rixo, en sus anales correspondientes al año 1786 y refiriéndose a lo mismo: “Incidente que manifiesta ser ésta y su culto incumbencia del vecindario”). Por este tiempo, era alcalde de este pueblo don Cayetano Monteverde quien había sido reelegido desde el año 1764, y Personero de Matías Gálvez Gallardo, fundador del Castillo de San Carlos, desaparecido junto con tres soldados de su guarnición,en el trágico aluvión de la noche del 7 de noviembre de 1826.

        El antiguo retablo del Gran Poder de Dios era, nos dice Álvarez Rixo, de una anticuada construcción, la cual fue reformada por don Manuel de la Cruz y terminada en el año de 1809. Siete años más tarde, su mayordomo don José Antonio de Vera y Cardo hace constar, en su testamento otorgado ante el escribano don José Álvarez de Ledesma, haber gastado mucho más dinero que el recaudado por limosnas por “haber hecho o costeado la vidriera de dicha Santa Imagen del Poder de Dios, plateado el Sagrario y fabricado un copón de plata, etc”. Este mismo señor, en el año 1808 ,queriendo dar más luz a dicha capilla del Poder de Dios pidió por el pueblo, recaudando la cantidad de 52 ps. corrientes y 11 cuartos, los cuales invirtió en abrir la ventana grande de cristales en colores, que aún existe, para que hiciese juego con otra de las mismas dimensiones e idéntica construcción, que está sobre la puerta grande de entrada a la Sacristía; y el presbítero don Antonio Abad Bethencourt construye la puerta grande del Camarín del Poder de Dios (que es de caoba con cojinetes imitando soles peruanos) la puerta grande y las vidrieras anteriores de dicho camarín, para que guardase simetría (pues las que antes existían eran pequeñas). Todo esto fue hecho en el año 1780. También era propiedad del Gran Poder de Dios las preciosas colgaduras de damasco rojo con que se adornaban las paredes de la parroquia en los días de gran solemnidad, gratificando el Prioste de Cruz en su día a la Hermandad con diez pesos corrientes.

        Año 1765. Se celebra la fiesta del Gran Poder con mayor esplendor, pues tenemos de visita en nuestro pueblo a: don Tomás de Nava Gritón, Marqués de Villanueva del Prado y Regidor perpetuo de la isla; don Juan Antonio de Franchy, Teniente General de Caballería, don Fernando de Molina, regidor perpetuo y Sargento Mayor del Regimiento del Realejo; don Juan de Urtusaustegui, Sargento Mayor de La Orotava; don Agustín de Bethencourt y Castro, Caballero del Orden de Calatrava y Capitán de Infantería; don José de Viera, Clérigo Prebístero; don José de Llerena, Clérigo de Menores; don Bernardo Valois y don Fernando del Hoyo. El alcalde don Cayetano Monteverde, el Capitán de Mar don Antonio Gonzáles de Acevedo y el escribano Público don Nicolás de Curras y Abren, reciben a tan ilustres visitantes, los cuales, seguidamente, se trasladan a la mansión de los señores de Bethencourt y Castro. Pero leamos lo que de verdad sucede en ese fausto día, y que transcribimos íntegramente del original de las “Memorias de Don Lope Antonio de la Guerra i Peña, vecino de la M. N. i L. Ciudad de San Cristóbal de la Laguna, de la Isla de Tenerife, una de las Canarias”.

        “El día 13, cerca de las Aves Marías, salimos para el Puerto de la Cruz acompañando a la Sra. Doña Úsula Viña, mujer de Don Juan de Urtusaustegui, i llegamos algo tarde; apeémonos en la casa de Don Juan Antonio de Franchy: pasamos a la iglesia como que en obsequio del Gran Poder de Dios estaba aquella noche muy iluminda, i de allí a la casa de Don Agustín de Betancourt i Castro, en donde estaba un brillante Estrado de Madamas. Sirviese un buen refresco, y después gozamos de los Balcones de los fuegos, carros, i Libreas, (Fol. 49v) que estaban prevenidos en la plaza.

        El 14 asistimos en el Coro de la Iglesia a la fiesta del Gran Poder de Dios, que es de las más célebres de aquel Puerto, hay Feria, i mucha concurrencia de gentes de los Lugares circunvecinos. Predicó el R.P. Mtro. fr. Pedro Oropesa, del Orden de Predicadores. Fuimos a ver la Procesión a la casa del referido Castro, a esta precedía un Carro, seguían los Estandartes, Cruz i acompañaban una Danza de Arcos, i compañía de Turcos. Las calles estaban enrramadas, i colgadas, i con altares para el Señor (...), hubo sarao, i concierto de Instrumentos.

        El 15 nos detuvimos en aquel Puerto (...), por saber estaba enferma de peligro Dª Columba de Franchy Grimaldi; pero habiéndose sabido por la noche la mejoría se determinó el viaje a Daute para el día sig.te y hubo aquella noche sarao”.


ANTONIO RUIZ ÁLVAREZ
Julio de 1951.

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